Cuando postergar te está jugando en contra (y ni te das cuenta)

Todos hemos caído alguna vez en la trampa de decir:

“Después lo hago… todavía tengo tiempo”

El problema es que ese “después” muchas veces no llega. Y lo peor: puede tratarse de algo que te beneficia directamente —un examen, un trabajo práctico, tu organización de estudio— y aun así lo postergás.

No siempre es pereza: las verdaderas causas

Aunque la palabra “vago” se use con ligereza, la postergación suele tener raíces más profundas:

  • Procrastinación crónica: esa costumbre de dejar todo para más tarde, incluso cuando no hay un motivo real para esperar.

  • Miedo al fracaso: si no lo intento, no puedo equivocarme… pero tampoco puedo avanzar.

  • Falta de conciencia del impacto: no ves la consecuencia de no actuar hasta que es demasiado tarde.

  • Baja autoestima o apatía: pensás que, aunque lo hagas, no va a salir bien.

  • Hábito aprendido: toda tu vida te salvaste a último momento, así que tu cerebro cree que ese sistema siempre va a funcionar.

El efecto invisible (y peligroso) de postergar

La mente humana reacciona mejor a consecuencias inmediatas.
Si postergar no te genera un daño visible en el momento, tu cerebro no registra que estás perdiendo oportunidades.

Pero a largo plazo, este hábito puede costarte:

  • Finales desaprobados.

  • Materias que se acumulan.

  • Estrés y agotamiento antes de cada fecha de entrega.

  • Sensación constante de estar atrasado y sin control.

Y ojo: este desgaste no es solo académico, también es emocional.

Cómo romper el círculo de la postergación

Salir de este patrón no requiere magia, sino constancia y estrategia:

  1. Definí tus 3 tareas clave del día: si todo falla, al menos esas deben cumplirse.

  2. Empezá por lo más simple: así tu cerebro entra en “modo acción” más rápido.

  3. Ponete límites reales de tiempo: no todo puede quedar para la noche.

  4. Visualizá el resultado: imaginá lo que vas a ganar si lo hacés y lo que vas a perder si no.

  5. Medí tus avances: no todo es estudiar más; también se trata de estudiar mejor.

El plus para estudiantes de Derecho

En Derecho, postergar es doblemente peligroso. La cantidad de bibliografía, la extensión de las materias y la carga de parciales y finales hacen que dejar todo para último momento sea una receta para el desastre.

En Laura Construyendo acompaño a estudiantes de Derecho a organizarse, a crear rutinas de estudio efectivas y a enfrentar la procrastinación con herramientas concretas. No se trata solo de leer: se trata de construir disciplina, método y confianza.

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¿Cómo estudian los estudiantes de Derecho?