Cuando postergar te está jugando en contra (y ni te das cuenta)
Todos hemos caído alguna vez en la trampa de decir:
“Después lo hago… todavía tengo tiempo”
El problema es que ese “después” muchas veces no llega. Y lo peor: puede tratarse de algo que te beneficia directamente —un examen, un trabajo práctico, tu organización de estudio— y aun así lo postergás.
No siempre es pereza: las verdaderas causas
Aunque la palabra “vago” se use con ligereza, la postergación suele tener raíces más profundas:
Procrastinación crónica: esa costumbre de dejar todo para más tarde, incluso cuando no hay un motivo real para esperar.
Miedo al fracaso: si no lo intento, no puedo equivocarme… pero tampoco puedo avanzar.
Falta de conciencia del impacto: no ves la consecuencia de no actuar hasta que es demasiado tarde.
Baja autoestima o apatía: pensás que, aunque lo hagas, no va a salir bien.
Hábito aprendido: toda tu vida te salvaste a último momento, así que tu cerebro cree que ese sistema siempre va a funcionar.
El efecto invisible (y peligroso) de postergar
La mente humana reacciona mejor a consecuencias inmediatas.
Si postergar no te genera un daño visible en el momento, tu cerebro no registra que estás perdiendo oportunidades.
Pero a largo plazo, este hábito puede costarte:
Finales desaprobados.
Materias que se acumulan.
Estrés y agotamiento antes de cada fecha de entrega.
Sensación constante de estar atrasado y sin control.
Y ojo: este desgaste no es solo académico, también es emocional.
Cómo romper el círculo de la postergación
Salir de este patrón no requiere magia, sino constancia y estrategia:
Definí tus 3 tareas clave del día: si todo falla, al menos esas deben cumplirse.
Empezá por lo más simple: así tu cerebro entra en “modo acción” más rápido.
Ponete límites reales de tiempo: no todo puede quedar para la noche.
Visualizá el resultado: imaginá lo que vas a ganar si lo hacés y lo que vas a perder si no.
Medí tus avances: no todo es estudiar más; también se trata de estudiar mejor.
El plus para estudiantes de Derecho
En Derecho, postergar es doblemente peligroso. La cantidad de bibliografía, la extensión de las materias y la carga de parciales y finales hacen que dejar todo para último momento sea una receta para el desastre.
En Laura Construyendo acompaño a estudiantes de Derecho a organizarse, a crear rutinas de estudio efectivas y a enfrentar la procrastinación con herramientas concretas. No se trata solo de leer: se trata de construir disciplina, método y confianza.